Hace siete años un accidente le arrebató un sueño que todavía persigue y que casi le cuesta la vida, pero se salvó y ahora su superación y ganas de devolver la ayuda recibida le llevan a Hawái.
Ironman se ha convertido en una cita habitual para antiguos deportistas que una vez retirados han probado suerte en eso de nadar, andar en bici y correr todo seguido, muchos de ellos con la idea de llegar a Kona. De hecho, uno de ellos llegará a la Meca con la vitola de defensor de uno de los títulos de GGEE y no es otro que el kazajo Aleksandr Vinokúrov, quien el año pasado conquistó el oro en Niza en categoría 50-54 en un año donde los exciclistas brillaron con luz propia gracias también al triunfo del francés Laurent Jalabert en GGEE 55-59.
UN ACCIDENTE CAMBIÓ SU VIDA
Sin embargo, la gran sorpresa de este año no procede de una de las tres disciplinas tradicionales, sino del mundo del motor. Es allí donde Billy Monger (25) tenía todas las papeletas para convertirse en una de las grandes estrellas británicas. Sin embargo, un accidente en Donington Park en 2017 durante una prueba de British 4 sesgó por completo su carrera y casi su vida cuando contaba con apenas 17 años. Esa con la que desde entonces mantiene el pulso, buscando desafío tras desafío subido a las prótesis con las que camina y corre tras serle amputadas las piernas (una por encima y otra por debajo de la rodilla).

MONGER VA A POR EL RÉCORD
El último el Mundial Ironman, en el que se ha puesto como reto primero pasar los tiempos de corte (17h), algo que de no lograrlo ha afirmado para TRI220 que sería un “fracaso”; después terminar la carrera; a continuación batir el récord para un doble amputado fijado en 16:26:59; y si se da el caso improbable aunque ideal marcar un Sub’15; pero por encima de todo recaudar fondos para Comic Relief, una asociación con la que comenzó su relación en 2021 con el desafío Billy’s Big Red Nose Day que consistió en cubrir 226 Kilómetros con un kayak, una bicicleta y una caminata en cuatro días. En aquel entonces, reunió más de 3 millones de libras esterlinas. Ahora, tratará de seguir aportando su granito de arena a través de un deporte en el que puso su mirada hace unos 18 meses.
UN CAMINO DE ENSAYO Y ERROR
Sus inicios en el triatlón no fueron fáciles. Tanto es así que tardaron medio año en averiguar si la logística para adaptarse a sus circunstancias y las de Kona eran viables.
Entre otras incógnitas, Monger y su equipo tenían que descifrar cuáles eran las mejores combinaciones para preservar la salud de sus muñones. Especialmente sobre una bicicleta Canyon en la que han cambiado el sistema de hidratación, han echado horas a la hora de encajar las prótesis en las calas y muchas más como la elección de un culotte y maillot ciclista en lugar de tritraje en pos de logra un acoplamiento que logre el mejor equilibrio entre confort, seguridad y potencia sobre las dos ruedas. Tuvo la posibilidad de simplificarlo y ahorrarse muchos dolores de cabeza y físicos con el uso de una handbike, pero el británico rechazó de plano esa posibilidad.
Algo que le ha llevado a un nuevo encaje de bolillos a la hora de bajar de la bici y afrontar la T2 donde al tener que llevar unas prótesis diferentes – una incluye una articulación de rodilla y la otra no – dificulta ese momento clave de la carrera. Más allá de posibles problemas técnicos del material, menos dificultades tendrá a priori en la carrera a pie donde la clave pasa por limitar el impacto sobre los muñones y concretamente en la natación donde se siente en sincronía desde sus tiempos en plena rehabilitación del accidente.
1,2,3 … ¡A KONA!
Modificaciones y mejoras que han llegado después de prueba y error tanto en los entrenamientos como en plena competición en la que debutó hace apenas cinco meses en el Outlaw Half Nottingham de mayo. Para las estadísticas, un 6:36:50 para 1,9K natación, 90K de bicicleta y 21K. En junio y en Países Bajos se lanzó a por el Ironman 70.3. Westfriesland para terminarlo en 6:26:04 y finalmente en septiembre cerró su preparación en Ironman 70.3. Weymouth (Inglaterra) con un 6:41:41.
La siguiente vez que se ponga el dorsal será este sábado para estrenarse en un Ironman full distance, en un Mundial y en Kona donde el calor, la humedad y las condiciones acuáticas es lo que más teme.
EL ESPEJO DE ZANARDI
Al inicio hablábamos de la presencia de Vinokúrov y Jalabert, pero los hombres Fórmula 1 como su compatriota Jenson Button (campeón F1 en 2009) también se han dejado arrastrar por el fenómeno Ironman. Pero si hay una figura con pasado en la F1 en la que puede reflejarse Billy Monger es en la de Alex Zanardi que como él y en un ya lejano 2001 tuvo un accidente en plena competición que le llevó a perder ambas piernas por encima de la rodilla.
Desde entonces, el italiano ha vuelto a los automóviles en distintas categorías, también se centró en el ciclismo donde fue hasta en tres ocasiones campeón paralímpico, pero también probó los Ironman y casualmente este año se celebra el décimo aniversario de su participación en Kona (9:47′142). Prueba en la que a diferencia de Monger se decantó por el uso de la handbike y la silla de ruedas.