Michael Phelps sabe mejor que nadie que el éxito no es algo que te llega de la noche a la mañana. Aunque ya destacó a una edad temprana, hizo el trabajo necesario a lo largo de su carrera para convertirse en el atleta olímpico más condecorado de la historia. ¿Cuántos súper talentos jóvenes conocemos que se quedan por el camino? Trabajo duro y determinación, cualidades innatas de las que el resto de mortales podemos aprender
Aquí hay un cuarteto de citas de la carrera de Phelps que se pueden usar como motivación y que se ajustan a los objetivos y actividades de la vida.
Como triatleta, uno de los peores sentimientos al terminar un objetivo es sentir que no has podido rendir como deseabas. Te dices a ti mismo, “si hubiese entrenado más” o “Ojalá no me hubiese saltado tantos días las series”.
Hay una sensación distinta en la boca del estómago cuando sabes que tu rendimiento no fue –ni de lejos– el deseado. Y aún es peor cuando sabes los motivos que te han alejado de esa mejor versión. Para evitar estos sentimientos y todos los “y si…”, házte un favor y gánate tu mejor esfuerzo. Trabaja en lo que sabes que debes trabajar. Te lo agradecerás más tarde.
De vez en cuando, es fácil encontrarse en una especie de depresión. Después de un duro entrenamiento, es fácil dejar que las sensaciones de tu cuerpo tomen el control. Te notas ‘tostado’, cansado y crees que ese no era el objetivo de la sesión.
Pero, en medio de este momento inevitable, es crucial no olvidar por qué eres un deportista, y no estás yéndote de cañas a diario. Al inicio de la temporada –lo dejes o no por escrito– estableciste una meta que deseabas alcanzar al final de la misma. El preciso momento en que te lo recuerdas, es la antesala para seguir currando por ello.
Esto se cumple en cualquier punto de la temporada. Levantarse al amanecer cuando hace mucho frío afuera no es el pasatiempo ideal de la mayoría de las personas. Tus amigos de toda la vida te miran raros cuando les dices que tienes doble (o triple) sesión: “No sé ni cómo lo haces”. Fácil, nos quema dentro.
A veces tampoco sabes cómo lo haces. Pero lo haces, y punto. Y eso marca la diferencia. Levantarse temprano por la mañana y los entrenos del fin de semana por la tarde, o las sesiones después de trabajar 8 horas valen su peso en oro.
Por último, pero ciertamente no menos importante: posiblemente la cita de Phelps más famosa de todos los tiempos y definitivamente una de las favoritas de los ‘frikis’ del deporte. Puede parecer un cliché , ya que lo hemos escuchado (y leído) una y otra vez en eventos, posts de Instagram, etc… Pero es tal y como suena.
El único límite verdadero que existe, como señala Michael Phelps, somos nosotros mismos. Manténte en la línea, motivado, y con hambre de más retos.
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