El ciclismo atraviesa días convulsos, no solo por la intensidad de las competiciones, sino también por hechos extradeportivos que están generando alarma en el entorno profesional. En menos de una semana se han registrado dos robos de gran magnitud contra equipos de élite, un fenómeno que empieza a preocupar a directores, corredores y organizadores de las carreras.

Si en la Vuelta a España el protagonista involuntario fue Visma, víctima de un saqueo en plena ronda ibérica, ahora el turno le ha tocado al equipo francés TotalEnergies, que ha denunciado el robo de 20 bicicletas de alta gama durante el Tour du Poitou-Charentes.

EL COMUNICADO DEL EQUIPO FRANCÉS

La formación dirigida por Jean-René Bernaudeau confirmó la noticia a través de un comunicado difundido en la mañana posterior al incidente.

“El equipo TotalEnergies sufrió el robo de 20 bicicletas anoche durante el Tour Poitou-Charentes. A pesar del incidente, el equipo seguirá compitiendo en la contrarreloj de hoy”, informó la escuadra.

A pesar del duro golpe logístico y económico, la plantilla se vio obligada a reorganizarse de forma exprés para poder disputar la etapa prevista, un reflejo del profesionalismo pero también de la vulnerabilidad que afrontan los equipos.

PRECEDENTE EN LA VUELTA A ESPAÑA

Este episodio se suma al ocurrido apenas unos días antes en territorio italiano, durante la segunda jornada de la Vuelta a España. En esa ocasión, el camión de los mecánicos de Visma fue asaltado mientras se encontraba estacionado, y los ladrones lograron huir con la mayor parte del material ciclista.

La situación se repite con un patrón similar: vehículos aparcados en las inmediaciones de hoteles, con material altamente valioso y de fácil traslado, lo que los convierte en objetivos atractivos para bandas organizadas.

UN PROBLEMA ESTRUCTURAL EN EL CICLISMO MODERNO

Las bicicletas profesionales utilizadas en las grandes vueltas pueden alcanzar valores que superan los 10.000 euros por unidad, sin contar componentes adicionales y material de repuesto. Esto convierte a los equipos en blancos vulnerables.

Aunque algunas de las estructuras cuentan con presupuestos millonarios, los robos no solo afectan a sus finanzas, sino también a la planificación deportiva. Con plantillas que transportan entre 40 y 60 bicicletas por carrera, la pérdida de una parte significativa del material puede comprometer la continuidad de la competición.

VOCES DE ALERTA DENTRO DEL PELOTÓN

El director del Lidl-Trek, Luca Guarcilena, se pronunció recientemente sobre este fenómeno en una entrevista, advirtiendo que el ciclismo está llegando a un punto crítico.

“Creo que estamos llegando a un punto en el que necesitaremos contratar verdaderos guardias de seguridad por la noche, seguridad física”, señaló.

El dirigente italiano recordó que, en las concentraciones de invierno en Calpe, su equipo ya ha tenido que contratar vigilancia privada para proteger el material. Sin embargo, reconoció que la situación se complica durante las vueltas por etapas, donde los equipos viajan con un gran volumen de bicicletas, incluidas las de contrarreloj, imposibles de almacenar todas en espacios seguros dentro de los hoteles.

¿CRIMEN ORGANIZADO?

La reiteración de estos robos en un margen tan breve de tiempo abre el debate sobre si se trata de hechos aislados o de acciones coordinadas por grupos especializados.

“Aquí se trata de crimen organizado, no estamos hablando de gente que simplemente curiosea”, concluyó Guarcilena.

UNA AMENAZA QUE EXIGE SOLUCIONES INMEDIATAS

La inseguridad se ha convertido en un nuevo desafío para el ciclismo profesional. Los equipos, ya presionados por las exigencias competitivas, deben ahora plantearse medidas adicionales para proteger su material: desde la contratación de seguridad privada hasta el diseño de protocolos de custodia coordinados con organizadores y autoridades locales.

Lo cierto es que, mientras el pelotón se concentra en disputar las pruebas más prestigiosas del calendario, los robos se han colado como un protagonista indeseado que amenaza la estabilidad del deporte.