El alemán debutará en el UTMB OCC, una de las pruebas más duras del mundo del trail, tras una vida dominando el triatlón de larga distancia.

Cuando lo has ganado casi todo, ¿qué te queda por hacer? Esa es una pregunta que solo pueden hacerse unos pocos deportistas. Jan Frodeno es uno de ellos. Campeón olímpico, múltiple ganador del IRONMAN de Kona y una leyenda viva del triatlón mundial, a los 43 años ha decidido alejarse del asfalto y lanzarse a las montañas. Su nuevo reto: el UTMB OCC, una carrera de 55 kilómetros con más de 3.400 metros de desnivel positivo a través de los Alpes.

Sí, has leído bien. El mismo Frodeno que ha dominado los circuitos más icónicos del mundo ahora se prepara para sufrir cuesta arriba, con bastones en la mano y barro en las zapatillas. Y lo hace, como él mismo reconoce,

sin grandes planes, sin hoja de ruta, solo con cinco semanas de entrenamiento y muchas ganas de volver a sentir incertidumbre.

De la lava de Kona a las rocas de Chamonix

El salto no es menor. Pasar del control absoluto del triatlón profesional —donde cada watio, cada gel, cada transición está medida al milímetro— al caos controlado del trail running es, en palabras de Frodeno, “una pequeña locura, pero también un recordatorio de por qué empecé a hacer deporte”.

Ahora bien, no es la primera vez que se calza unas zapatillas de trail. Aunque su presencia mediática en el mundo del triatlón lo ha eclipsado todo, Frodeno ya ha probado el barro y el desnivel. En 2023 corrió la TRAIL AIGÜES TORTES 24K, y en 2024 completó la Val d’Aran by UTMB Sky 15K, donde finalizó 17º de su categoría y top 100 en la general. Resultados discretos en cifras, pero significativos para alguien que viene de otro deporte y está aprendiendo desde cero.

“Si ya sabes que puedes hacerlo, no tiene sentido intentarlo”

Con esa frase, escrita en su blog personal The Frodissimo Times, Frodeno explica con crudeza y honestidad el motor de esta decisión. No se trata de reinventarse para la galería, sino de reconectarse con algo más primitivo: la incertidumbre, el reto sin garantías, el deporte como territorio incómodo.

Quiere volver a sentir lo que sintió en sus primeras carreras: el vértigo de lo desconocido. La ansiedad previa a una línea de salida que no te garantiza nada. En el trail, como él mismo admite,

la técnica perfecta y la planificación obsesiva no sirven de mucho si no tienes humildad para aceptar que aquí las reglas son otras

Un recorrido que exige y enamora

La OCC, dentro del UTMB Mont Blanc, puede parecer la “corta” del evento… pero solo sobre el papel. El trazado que une Orsières (Suiza) con Chamonix (Francia) atraviesa algunos de los tramos más bellos —y duros— del circuito alpino: Champex-Lac, Trient, Catogne, el ya mencionado Col de la Balme…

Frodeno, que ha dedicado media vida a buscar la perfección en el triatlón, deberá aquí abrazar el desorden, los imprevistos, las piedras que resbalan y los músculos que no responden como en la bici o en el tartán.

No se trata de ganar, sino de sentir

Esta aventura no tiene como objetivo volver a subir a un podio. “No voy a competir, voy a experimentar”, decía en una entrevista reciente. En esta etapa de su vida, Frodeno no busca marcas ni medallas. Lo que busca es una forma diferente de luchar, de sudar, de encontrarse consigo mismo fuera de su zona de confort.

Y eso, quizás, es lo que más nos conecta con él. Porque si un deportista de su talla puede permitirse ser principiante de nuevo, ¿por qué no nosotros?

Desde Triatletas en Red, estaremos pendientes de cada paso en los Alpes. Porque si algo ha demostrado Jan Frodeno en toda su carrera, es que cuando se lanza a por un reto, no lo hace para demostrar nada a nadie, sino para volver a sentirlo todo desde el principio.