Con menos de dos meses por delante, la prueba de la Costa Brava calienta motores. Circuito espectacular, doble distancia y ambiente único… y las inscripciones no paran de subir.
Septiembre aún queda lejos en el calendario, pero en la agenda de muchos triatletas ya hay un círculo rojo marcado: Tossa de Mar, 15 de septiembre. La localidad costera acogerá una nueva edición del TriTour Tossa de Mar, una de las pruebas más queridas del circuito por su combinación de exigencia, belleza y ambiente.
Y es que competir en Tossa no es solo ponerse un dorsal: es nadar junto a una muralla medieval, pedalear por una de las carreteras más bonitas de Cataluña y correr con el Mediterráneo como testigo. Todo eso en una prueba que, año tras año, cuelga el cartel de “completo”. Y esta edición apunta a seguir la misma línea.
Un circuito que engancha
La natación se desarrolla en aguas abiertas frente al casco antiguo, con la silueta del castillo como telón de fondo. El segmento de ciclismo, que atraviesa el macizo de Cadiretes, ofrece subidas, curvas y vistas de postal. Y la carrera a pié, que recorre el paseo marítimo y el núcleo urbano, está pensado para sentirse arropado por el público en cada zancada.
Dos formatos disponibles:
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Sprint: 750 m – 20 km – 5 km
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Olímpico: 1.500 m – 40 km – 10 km
Ambas distancias permiten competir individualmente o por relevos, ideal para quienes se estrenan o para compartir la experiencia en equipo.
Últimas semanas para inscribirse
Con las inscripciones abiertas hasta el 11 de septiembre (o hasta agotar plazas), la organización ya roza cifras de récord. Si quieres asegurarte un dorsal, no conviene dejarlo para el último momento.
Además, como es habitual en el circuito TriTour, el dorsal incluye camiseta conmemorativa, medalla finisher, bolsa del corredor, avituallamientos y servicios completos para deportistas y acompañantes.
Más que una carrera
El TriTour Tossa es también una excusa perfecta para escaparse a uno de los rincones más bonitos de la Costa Brava. Después del esfuerzo, toca disfrutar: playa, historia, gastronomía y la sensación de haber vivido algo más que un triatlón.









