Lionel Sanders nunca deja indiferente. Más allá de sus resultados, lo que realmente lo convierte en un personaje único del triatlón es su autenticidad brutal. En su último vídeo, el canadiense se muestra más humano que nunca: enfermo, frustrado, pero también más maduro. Y con una idea clara: este año quiere competir con cabeza.
Todo empezó tras su participación y su victoria en el IRONMAN 70.3 de Oceanside. Allí probó nuevos materiale pero la carrera le dejó otro recuerdo: una infección que arrasó con todo su entorno. “Aaron estaba enfermo toda la semana, Levi cayó también… yo empecé con dolor de garganta justo el día de la carrera”, cuenta.
La enfermedad lo dejó fuera de combate durante casi dos semanas.
“Intenté hacer una serie a 360 vatios durante dos minutos y terminé con las puntas de los dedos pulsando por falta de oxígeno. No podía ni respirar.”
El parón le hizo perder 23 puntos de CTL (Chronic Training Load), una métrica clave en su preparación.
Pero, a diferencia de otras temporadas, esta vez no forzó. “He aprendido antes esta lección, pero ahora la siento de verdad. Ya no me vale con saber que no debo encadenar carreras sin descanso: ahora lo comprendo en lo más profundo.” Y por eso ha decidido cambiar su enfoque por completo.
Adiós al calendario loco, hola a Niza
Sanders no quiere volver a repetir errores del pasado. En 2023 encadenó cinco medios Ironman y el Mundial 70.3 en apenas dos meses.
“Acabé retirándome en la meta de Augusta. Estaba fundido. Me dije: ‘¿Qué estoy haciendo?’”.
Hoy, esa experiencia lo lleva a elegir con más criterio sus objetivos.
Y el gran objetivo de la temporada es claro: el Campeonato del Mundo de Ironman en Niza. Ya está clasificado gracias a Ironman Canadá, pero quiere llegar preparado. “Haré solo un Ironman antes, probablemente Lake Placid, que es perfecto por su perfil montañoso. Me servirá como test real de cara a Niza.”
Lo que sí ha descartado por completo es competir por la PTO Pro Series.
“No me interesa. ¿Por qué iba a hacerlo? Por dinero. Y si mi única motivación es económica, estoy en el camino equivocado.”
Reconoce que los premios son tentadores, pero su prioridad es rendir al máximo donde realmente importa.
Más respeto al cuerpo, menos ego
Con 37 años, Sanders se muestra más conectado con su cuerpo. “Ya no quiero entrenar enfermo ni competir sin estar listo. Lo he hecho antes, y ya no me compensa.” Durante su recuperación tras Oceanside, apenas hizo ejercicios suaves y pequeñas dosis de intensidad para mantener el tono sin arriesgar.
“Tardé once días en hacer una sesión seria de nuevo. Y aún así, me costó. Pero es lo más respetuoso que he sido nunca con mi cuerpo, aunque fuera por obligación”, confiesa. Incluso la natación, su disciplina más débil, le costó retomarla. “Sin talento, perder ritmo en el agua es como volver a empezar desde cero.”
Una temporada con sentido
Además de Lake Placid, su calendario incluirá St. George, Eagleman —donde lanza un guiño a Blummenfelt: “Sé que tiene miedo de venir”— y una concentración en Marbella antes del Mundial. Indian Wells, esta vez, lo deja en manos de Morgan Pearson. “Yo ya tengo bastante con lo mío.”
Lionel Sanders ha pasado de ser el triatleta que quería hacerlo todo, a ser el que quiere hacerlo bien. Y si algo demuestra este nuevo enfoque es que, cuando se compite con inteligencia y propósito, no hace falta ganar todas las carreras para dejar huella.
¿Lo logrará esta vez?