El francés revela el frustrante proceso que ha vivido para determinar la causa oculta que ha condicionado su salud y su rendimiento en los últimos meses.
Sam Laidlow realizaba en el Campeonato del Mundo Ironman una de las mayores exhibiciones sobre la bicicleta que se recuerdan antes de que en la carrera a pie su rendimiento se fue a pique sin motivos aparentes. Tras aquel episodio, lo último que conocíamos del galo era una pequeña actualización a principios de año sobre la que informamos en la que el triatleta era incapaz de poder entrenar con normalidad.
Ahora, Laidlow ha relatado los entresijos de una situación en la que lleva inmerso casi medio año y de la que desconoce cuando llegará a su fin.
UN SISTEMA RENAL TOCADO
El hundimiento en Kona le llevó a buscar el origen de unos problemas que siempre habían estado latentes. Según el mismo ha confesado, siempre ha tenido un sistema inmunológico débil cuyo impacto principal se localizaba en el sistema renal y su estrecha relación con las funciones relativas a la hidratación. Por ello, en un primer análisis Laidlow determinó que un error en las cantidades de sodio tomadas en Big Island obligando a trabajar en exceso a los riñones estaba detrás del desequilibrio de electrolitos en su cuerpo y del apagón de este. Condición que agravó en la Gran Final de T100.
“MI CUERPO FALLABA EN CADA SESIÓN”
Problemas que no terminaron con la conclusión del curso y que continuaron como bien apuntamos antes en el inicio de la pretemporada y año. Laidlow ha estado lidiando con una fatiga extrema, encontrando que las sesiones de entrenamiento se han vuelto cada vez más arduas hasta dejarlas por imposibles al sentirse completamente agotado después de solo un breve período de ejercicio (apenas unos minutos). Situación que se convirtió en cada vez más ocurrente y más rápida. “Lentamente ese ciclo se hizo más pequeño y luego eventualmente llegó a un punto en el que literalmente estaba fallando en cada sesión todos los días”.
“No podía hacer llegar oxígeno a mis brazos y piernas, sentía una inflamación de mi sistema linfático y literalmente todo en mi cuerpo me estaba diciendo que parase y que no me moviese” eran alguno de sus síntomas. Sin embargo, la falta de sudoración fue lo que hizo sonar todas las alarmas y le llevó a consultar de urgencia con su equipo médico de confianza.
LA PROTONTERAPIA DIERON EN EL CLAVO
Las pruebas le llevaron a realizar una terapia de protones (protonterapia) donde se confirmó que Laidlow no sudaba “en absoluto”, lo que les llevó a repetir el tratamiento cada 48h para estimular una reacción en su cuerpo hasta que en su tercer intento Sam sudó, perdió unos 3kg instantáneamente y encaminaron sus sospechas hacia el sistema renal. Sin embargo, una infección derivada de este proceso congeló cualquier progreso e investigación.
“ERA FRUSTRANTE NO SABER CUÁL ERA EL PROBLEMA O POR DÓNDE EMPEZAR”
Regresando al contexto más actual, los resultados médicos del triatleta de los últimos días abren la puerta a una vía de investigación sobre la que partir gracias a la desaparición casi completa de la infección y sobre todo, por el hallazgo de niveles muy altos de cristales de calcio en la orina de Laidlow. Un hecho que vendría a confirmar de forma definitiva al nefrológico o el hígado como órganos origen del problema y su talón de Aquiles para su capacidad para rendir al máximo en un Ironman. Al mismo tiempo que amortigua parte de la impotencia del francés “hasta ahora una de las cosas más frustrantes era el hecho de que estaba simplemente no sabíamos a dónde ir, no sabíamos cuál era este problema”.
“NO SÉ LO QUE SIGUE” LA COMPETICIÓN A SEGUNDO PLANO
En perspectiva futura, el objetivo inmediato de Laidlow es recuperarse completamente antes de centrar su atención en las próximas carreras “mi prioridad es asegurarme de que estoy 100% sano”. Sin embargo, reconoce la imprevisibilidad de su cronograma. “Todo es un juego de espera en este momento y todos los días estamos haciendo lo que podemos” lamenta y asegura que hubiese preferido una lesión física.
En este sentido, ha incidido en la deriva psicológica de este tipo de enfermedad e incertidumbre “Lo más frustrante que diría es que no es algo físico que pueda ver y sabes cuál es el protocolo para mejorar. No sé si estaré mejor mañana o al día siguiente y he estado pensando eso una y otra vez durante un mes y medio, lo cual es mentalmente agotador”.
Además, pensando en ese futuro sentencia “¿qué sigue? Supongo que no lo sabemos realmente”. Lo que sí ha confirmado es que el plan original era hacer Ironman Sudáfrica para buscar la validación para Niza y esa tarea obligatoria pasa a ser ahora su “gran interrogante”. “Todo lo que sé es que, si voy y la hago, definitivamente no estaré en buena forma” ha expresado Laidlow.
A pesar de todo, el francés se mantiene esperanzado “Espero que lleguen cosas buenas y que muy pronto podamos ver algo de luz al final del túnel”.