Los belgas ofrecen un espectacular duelo fratricida donde las cuestas de Las Vegas roto las estadísticas en una carrera redonda para dos de sus debutantes.

Hay pruebas que quedan en la memoria y el T100 Las Vegas es una de esas que seguro rememorarán en tierras belgas tras un doblete que pudo ser triplete y en la que su estrella encontró – o más bien ya lo esperaba – a la horma de su zapato. Taylor Knibb había resistido, ahora Van Riel la deja sola.

LA NATACIÓN PREDICE LOS FAVORITOS


Aceleradamente, así es comenzó la natación en Las Vegas con dos puntas de lanza que pronto se transformaron en una única fila cuando el debutante Marc Dubrick y Henri Schoeman pautaron un ritmo que tenía como objetivo castigar a los mejores ciclistas y corredores a pie. Aaron Royle, Marten Van Riel, Alistair Bronwlee y Justus Nieschlag se conviertieron en sus compañeros de viaje en un 2K donde en la primera de las vueltas cavaron un margen de 20″ (10″ desde la cola) con Josh Amberger y Max Neumann; y eran 40″ respecto a Frederic Funk, casi un minuto con Youri Keulen y a tres navegaba un Sam Long que como siempre peleó contra el agua.

Algo que no duplicaron en los siguientes 1000m, puesto que fue de medio a un minuto la renta con la que afrontó el camino a la T1 el grupo que cerraba Nicolas Mann. Fuera de él. Funk (1’21”), Keulen y James Teagle (2’12”) y Long (5’39”).

WEST SE REENCUENTRA CON SU FORMA


Una transición que Van Riel la afrontó como el que cree saber que esconde las agujas del tiempo y decide el cuándo y el cómo ponerlas a funcionar en el reloj. El único que se tomó su tiempo para ponerse los calcetines y dejó pasar hasta cinco rivales hasta que se puso el mono de trabajo que recuperó lo perdido con la misma ligereza con la que les había prestado el liderato.

Pero en un juego donde no está solo, Brownlee, Nieschlag, Mathis Margirier y Jelle Geens hicieron su movimiento, que no fue otro que engancharse a su rueda y dejarle todo el peso de la presión. El británico de forma literal lo que le llevó a ser sancionado por drafting por segundo evento consecutivo. Todo ello antes del KM25 donde el debutante Nieschlag y Margirier osaron atacar al hombre imbatido. Más circunstancial y mental, que efectivo.

Mientras tanto, a sus espaldas Keulen abandonaba necesitado de un reset mental; Long era incapaz de recortar tiempo con la cabeza y Jason West vivía un resurgir que le metía de lleno en la pomada a menos de dos minutos del líder y pegado a Neumann y Brownlee (TOP5). Lo mismo sucedía con Pieter Heemeryck que kilómetros después se unía a ellos, como Mann. En cambio, Neumann se despedía tras ser penalizado.

Entonces, a más de 20K para la T2, Van Riel se sacudió la calma y apretó las tuercas para ponerse en marcha su plan: distanciar al francés, al alemán y especialmente a su compatriota que en la carrera a pie se erigía como su hueso más duro, sino mejor. Finalmente, solo el alemán cayó, pero el belga jugó su baza calcetín para entrar y salir primero a la carrera a pie.

GEENS ROMPE Y DEPONE A VAN RIEL


18 kilómetros que anunciaban la batalla belga entre Van Riel y Geens como tantas veces lo han hecho desde su juventud en casa. La primera en la que de verdad podía perder su imbatibilidad ante un colega mucho más feroz en distancia corta y novel en T100. Un kilómetro tardaron en reunirse, apenas unos segundos y una de las cuestas necesitó Geens para sobrepasarle sin mirar atrás.

El lenguaje corporal de ambos anunciaba el futuro. Las subidas sonreían a Geens, las bajadas a un Van Riel que cogía aire y lo catapultaba a la nuca de su compañero. Un tira y afloja perpetuado durante las cuatro primeras vueltas, hasta que en la quinta Geens decidió dar su hachazo definitivo a falta de 6K y ya no hubo vuelta atrás. El reloj de arena corría demasiado deprisa para un Van Riel al que le caían los segundos encima y que se quedaba sin tiempo para detener un segundo puesto con el que decía adiós a su imbatibilidad en la media distancia. En esta ocasión, el maestro relojero no era él, sino un Jelle Geens que arranca su contador particular.

NIESCHLAG ECHA LA PUERTA ABAJO SIN AVISO

Por detrás, Margirier y Nieschlag sirvieron el primer duelo por la tercera posición donde el galo partió aventajado, pero el novato en T100 respondió como pocos podían haber imaginado y antes del primer tercer ya había consolidado el cambio. Pero todavía quedaba por vivir el último, uno de Nieschlag iba a enfrentarse a Heemeryck que en el ecuador corría a un minuto de él y que todavía tenía que cumplir con 30″ de sanción. Al final, el alemán entraba en la T100 por la puerta grande y un podio fuera de toda quiniela.