Con motivo de su participación en el PTO Canadian Open, Sara Pérez ha volado a Canadá, y por desgracia, el cuadro de su bicicleta ha llegado roto.
Lo que está ocurriendo ahora mismo en los aeropuertos no tiene ningún sentido. Ya no es uno o dos triatletas en una competición a los que les pierden las maletas, ahora son selecciones enteras.
Hace unas semanas, Flora Duffy se quedó sin poder correr el IM 70.3 Mont-Tremblant debido a que no llegó su bicicleta. En ese mismo finde semana, mínimo una veintena de triatletas que competían en la WTCS de Montreal, al ir o al volver, se quedaron también sin su bici. A la semana siguiente, en las Series Mundiales de Paratriatlón -también en Canadá- más de lo mismo.
Aircanada, la misma aerolínea que se ha encargado de perder equipajes estas últimas semanas y no facilitar las cosas para que regresen con sus dueños, ha entregado la bicicleta de Sara Pérez con el tirante trasero del cuadro roto.
Por suerte, la de Canyon ha llegado a Edmonton para competir en el PTO Canadian Open con 8 días de antelación, y puede intentar buscar una solución. Aun así, esto le va a provocar que tenga que pasar unos días sin poder entrenar con su bicicleta, aparte de todo el trastorno psicológico. Algo que no viene nada bien antes de una carrera y menos en una competición de este calibre.
No nos entran en la cabeza cómo, después del precio que hay que pagar por viajar con la bicicleta, el saber si cuando aterrices va a estar allí o en que condiciones va a llegar, sea una completa incógnita. Además del muchas veces inexistente servicio por parte de esta u otra aerolínea para intentar solucionar las cosas lo antes posible, y que los triatletas puedan realizar su trabajo en condiciones.









