Javier Gómez Noya cumplió  38 años con un increíble portafolio lo mires por donde lo mires. 38 primaveras y con posibilidades de alcanzar el objetivo al que más aspira: el oro olímpico

Repasamos hoy los 3 momentos preferidos del triatleta gallego (y nuestros también) que acaparan una medalla olímpica y dos campeonatos del mundo.

1. Consiguió medalla olímpica en Londres, 2012

En el año 2012 el atleta ferrolano logró su primer metal en unos Juegos Olímpicos,  en este caso los de Londres. Gómez Noya solo cedió ante Alistair Brownlee en los dos últimos kilómetros de la carrera de triatlón y el pequeño de los Brownlee se llevó el bronce. Un evento impresionante para todos nosotros y una carrera magistral que se mereció estar entre los tres mejores atletas. A pesar de no llevarse el oro por 11 segundos, el triatleta gallego alcanzó la medalla olímpica, un hito que le faltaba en una trayectoria deportiva plagada de éxitos.

2. El increíble sprint de Javier Gómez Noya, con Jonathan Brownlee

También en Londres, el año siguiente (2013) Javier Gómez Noya conseguiría ganar a Jonathan Brownlee tras un sprint impresionante mientras llegaban a Hyde Park, jugándose así el mundial. Asimismo, Javier Gómez Noya se coronó como el mejor triatleta del planeta, superando a Jonathan Brownlee en la última prueba de este año pese a entrar segundo en la última recta. El pulso reunió a los tres mismos hombres que subieron al podio en los Juegos Olímpicos de Londres en el 2012. Después de casi dos horas nadando, quemando pedales y apretando los pulmones durante la carrera, se impuso el triatleta gallego por solo un segundo y tras correr los 10.000m en menos de 30 minutos. La llegada a la meta que debe verse una vez en la vida.

3. Javier Gómez Noya, con su oro en el Mundial de Larga Distancia en Pontevedra

Javier Gómez Noya ganó en Pontevedra el Mundial de Triatlón de Larga Distancia de 2019, título que faltaba a su palmarés. Se impuso con el tiempo de 5h 5m y 40s, por encima de Pablo Dapena (5h 11m 21s) y del esloveno Jaroslav Kovacic (5h 12m 4s). El gallego dominó de principio a fin salvo algunos tramos del recorrido en bici. En los últimos kilómetros del circuito de carrera, los rivales le iban aplaudiendo al igual que el público. Entró a meta chocando la mano a los aficionados y antes se giró hacia ellos haciendo reverencias antes de cruzar la línea de meta. “Ha sido espectacular. Un día especial en mi noveno campeonato del mundo en una distancia que nunca había disputado. No se me olvidará nunca”, declaró después de la carrera. Y así lo recuerda todavía, agradecido de competir viendo a todos sus amigos y vecinos.