La World Athletics ha rebajado el suflé de la polémica de las zapatillas, con una ligera relajación de la normativa contra el doping tecnológico

El mundo del running, y en especial el del marketing, respira aliviado hoy después de conocer que la Federación Internacional de Atletismo acaba de anunciar una modificación del reglamento que rige el ámbito de las zapatillas.

Hasta ahora, la norma decía que los deportistas debían competir con un modelo que llevase 4 meses desde su lanzamiento, y que fuese accesible para cualquier atleta popular en ese momento.

Todo ello resulta la tercera entrega de los ajustes por parte de la World Athletics después de prohibir los calzados nuevos, limitar la altura de la suela y implementar las revisiones por parte de los jueces. De ahora en adelante, tan sólo tendrán que ser aceptados y supervisados por los árbitros y técnicos para ver que efectivamente cumplen con las reglas de grosor de la suela y disposición de la placa de carbono. Eso sí, el modelo debrá salir al mercado al año siguiente de su estreno como prototipo.

Lo mismo que hemos visto en triatlón a deportistas como Jan Frodeno -en su última victoria en Kona- o Sebastian Kienle, entre algunos de los atletas que han servido de probadores de zapatillas.

”El atleta deberá proveer un ejemplo de la zapatilla para un examen que puede incluso abrir la zapatilla para comprobar que cumple con el reglamento, las veces que sea necesario.”. Ha sido lo que avanzaban desde el órgano mundial, a la vez que aseguraban que presentarán una lista de prototipos permitidos y utilizados, con la correspondiente fecha de caducidad.