Las temidas transiciones. Una de dos, o nos obcecamos en ellas, o no les damos la importancia que merecen … hasta que nos plantamos en la línea de salida del triatlón. Una vez allí, surgen las dudas. Los nervios. ¿Cómo me lo haré? ¿Seré capaz de cambiarme del neopreno al mono en un periquete y luego bajarme de la bici, quitarme las calas para enfundarme las zapatillas? ¿Y todo eso sin perder el ritmo? Parece complicado, a simple vista. Quizá para los más veteranos no, pero para los principiantes puede que sí. Ariadna Coll, entrenadora personal y triatleta con experiencia, me ayudará a comprender cómo se deben y entrenar de forma segura para tener una buena experiencia en competición.
En primer lugar, Ariadna me confirma lo que esperaba: debemos entrenar las transiciones, principalmente, “porque el triatlón consta de tres disciplinas deportivas muy distintas entre sí y hay que adaptar la musculatura, la posición del cuerpo, los movimientos a cada sección deportiva”. Es básico. Cuando hacemos hincapié en este tipo de sesiones debemos centrarnos “en la rapidez, en el trabajo adaptativo a nivel muscular, en la coordinación y la agilidad”, para estar preparados al cambiar de disciplina.
De triatlón hay distintas modalidades. Desde supersprint hasta larga distancia, pasando por olímpica o media distancia. En sprint, que es el caso que nos ocupa, las transiciones devienen muy importantes. La velocidad y la celeridad con la que deberíamos desenvolvernos son vitales si queremos hacerlo bien. Por ello, “unos segundos pueden variar muchísimo tu posición en carrera”, comenta Ariadna.
De manera detallada, incide en que “hay que practicar la agilidad a la hora de sacarse el neopreno (si es que lo utilizamos), correr descalzo con la bici al lado y subirse y pedalear hasta colocarse las calas, bajar de la bici descalzo y ponerse las bambas,…, por ejemplo”. En cambio, si “sólo practicas para mejorar en las tres disciplinas puedes perder segundos y minutos importantes en las transiciones”. En este sentido, Ariadna recuerda que “un buen profesor me dijo que el triatlón consta de cinco disciplinas contando las transiciones y lo comparto al 100%, así que hay que entrenarlas también”.
En el caso de no llevar bien entrenadas y asumidas tanto mental como muscularmente las transiciones, pueden salirnos algo mal en carrera. En el caso de que esto ocurra, pueden convertirse en un lastre en carrera. “Si pierdes minutos en las transiciones y a nivel muscular no lo has entrenado, en cada disciplina se va notando la repercusión de cada acción; y sobretodo en la carrera a pie, que es donde los que se inician más lo notan”, sentencia Ariadna.
A modo de consejo-recomendación, antes de pararnos para descansar en el cambio de disciplinas, mientra competimos, Ariadna apuesta por “practicarlo siempre antes, es mejor”, apunta. La triatleta y entrenadora personal explica que “muchas veces nos entusiasmamos en apuntarnos a triatlones sin haber entrenado suficiente las transiciones y sin llevar una buena planificación; y luego nos encontramos con ejemplos así el día de la competición. Mejor entrenarlo antes y si pasa algo, como por ejemplo, mareos, parar y respirar profundamente es mejor que tomarse un gel”.
¿Qué no nos podemos dejar en la T1? Sencillo y claro: “El casco, la bici con las calas puestas y los respectivos bidones de agua y algo de comer, las gafas de sol y el porta dorsal con el dorsal”. Mientras, en la T2 son imprescindibles “las bambas de correr y, en caso de ser necesario, gorra o visera”.
Ha quedado claro que es muy recomendable el entrenamiento de transiciones, pero… ¿cómo se materializa esto? Cómo deben hacerse estos entrenamientos? Ariadna, conocedora al detalle del tema, confirma que “hay muchas formas de entrenar las transiciones. Personalmente a mis triatletas los entreno como si fuese una competición real”. Por ejemplo, “para entrenar la T1, salimos del agua con neopreno y ya tienen las bicis preparadas con todos sus gadgets. Se trata de organizar y sistematizar los movimientos, siempre en el mismo orden”, para ir adquiriéndolos y interiorizándolos, explica.
En cuanto a la T2, “también practicamos el hecho de atarse las calas encima de la bici, porque hace falta agilidad y coordinación. Para t2 básicamente entrenamos la adaptación muscular, es decir, pasar de ir en bici a correr mediante transiciones continuadas y cortas, así como pedalear mientras te quitas las calas y correr descalzos”. Ejemplos y consejos concretos que luego dan resultados positivos.

Ante el más que posible “desconocimiento” de estos requerimientos, por parte de los triatletas más noveles, Ariadna confirma que, “en general, los triatletas populares entrenan las tres disciplinas por separado y no cruzan los entrenamientos, ni trabajan la técnica de las transiciones; pero gracias a las redes sociales y a páginas como Triatletas en Red, cada vez hay más información para los deportistas que se inician en este deporte tan fascinante”, puntualiza.
Ya sabéis… a entrenar las transiciones para tenerlo todo interiorizado. Aunque pueda parecer más importante tenerlo asumirlo mentalmente, porque pensamos que por ello tenemos el orden de las cosas más que claro, más que eso es la adaptación muscular. El cuerpo debe conocer estos cambios de disciplina y estar “acostumbrado” para que el día D no haya sustos ni malas experiencias.
Foto: fetricantabria.es